
Los cuerpos se unen en movimiento
creando soluciones homogéneas
de sentimientos que retumban.
El viaje del unicornio y su bella domadora
lindo es el cuerno
que le sale en medio de los ojos
y parece girar como un remolino interminable
el trayecto es desgastante,
que el aire le cuenta los finos secretos
y al pasar por su cuerpo,
mueve su blanco y fino pelaje;
a la dama le agita el cabello
corresponde bella, sonriendo
y acariciando sus hombros
toma la reserva de lágrimas
de sus ojos castaños
y le regala un cristal al viento.
No permite los destellos de tristeza
el cuaco de azul sangre
coloca su cabeza a la mano de la bella
y su inseparable relinche
aún conservando su parte terrenal
que de pronto y de la nada
aparece un hombre montando un caballo negro
se acerca y la observa
ella sonriente devuelve
la mirada de manera altanera
goza el juego en que se ha envuelto
y deja que rocen sus labios.
El unicornio se vuelve estático
de pronto parecen surgirle alas
y la mujer que lo galopa cae
en los brazos del hombre que trato
rescatarla, el caballo negro corre asustado
el joven toma a la dama, y empieza a besar sus
infinitos ojos, recorre con caricias
el cuerpo de la bella y tranquila observa al hombre
entrelazando pensamientos con sus manos
de sus sueños parece escurrir la perversión
de tal forma, que ha dado vuelta
y descubre su espalda
él la besa
la mira, y extasiado la vuelve a besar
ella jadea como cortando el silencio
rasguña su espalda
parece excitar más a la dama
jadea y se siente complacida
la tomo de forma violenta
un poco brusca pero delatante
se sonríen de frente
se besan haciendo bailar a sus lenguas
que hilos de luz parecen unir sus corazones.
Temblaron las piernas blancas de la bella
se quebraron las palabras en el fondo
de la garganta y esa energía parecía iluminarlos
que en momentos de uno a otro
de un ida y vuelta de delicias
se estremecieron juntos y llenos de libido
pagando la consecuencia de su rápido amor
cerro los ojos y durmió,
el unicornio perdió las alas y relincho al momento
en que la dama merecía su
propio puente colgante de placeres,
duerme la bella y el hombre la besa.
De repente los brazos del hombre
se hicieron trasparentes
dejando un rastro de calor
en sus muslos casi lácteos
fue incoloro el despertar de la bella
ella también se fue haciendo invisible
a las caricias fantasmagóricas de su hombre
así después paso a un estado de invisibilidad
completo al momento de llegar al orgasmo.
El unicornio viajó solo,
nadie supo nunca de él
se fue y no se vio su rastro
todos saben que la bella y su hombre
viajan de manera transparente
cabalgando juntos al bello unicornio blanco